domingo, 4 de noviembre de 2012

Capítulo 18. El dolor.


-¿Quién entra primero?-preguntó el doctor nada más salir de la sala en la que se encontraba.

Yo estaba sentado apoyando mi cabeza en mi mano izquierda, mientras la derecha, aunque imitaba la misma posición sobre mis piernas, no podía aguantar el peso.

-Que pase él.-dije señalando con la cabeza a Daniel que se encontraba en la esquina contraria a donde estaba yo.

-No es normal ese color de muñeca.-replicó el doctor.

Miré mi mano y sonreí con una mueca de dolor.

-Lo sé, pero tendrá que esperar.-dije enfadado.

Desde que esa mañana pegase a Daniel había estado cabreado conmigo mismo por haber sido tan tonto. Que ese chaval se llamase Daniel, fuese estúpido y conociese a Leire, no tenía nada que ver con el Daniel que le jodió la vida. Me pasé la mano por el pelo, observando el suelo mientras sentía la mirada de odio de Daniel al dirigirse a la consulta.

Cuando el silencio volvió a la sala de espera, resoplé.

Nada más darle el puñetazo en toda la cara, un grupo de personas vino corriendo curiosas de los gritos de dolor de Daniel. Él mantenía sus manos escondiendo su cara, con lo que al principio pensé que no le había dado suficiente fuerte. Pero, poco a poco, entre los dedos de su mano fue apareciendo pequeños ríos de sangre. En un principio, mi lado masoquista se alegró de sentirla en mis dedos, pero más tarde, cuando llegó Nicolás abriéndose paso entre la gente, me di cuenta de que me había pasado.

Pronto descubrí que solo era un Daniel que conocía a una Leire.

La vida está llena de coincidencias.

La puerta de la consulta volvió a abrirse, yo seguí observando el suelo.

-¿¡Eres gilipollas o qué te pasa!?-me empezó a gritar Daniel. Yo cerré los ojos con fuerza, me empezaba a doler la cabeza.-¡Nicolás me ha hablado de ti! Que tengas una vida de mierda no te da derecho a joder la de los demás.

-Ya te dije que lo siento...-sabía que era una frase muy pobre para lo que le había hecho, pero no se me ocurría otra cosa.

-¡Qué lo sientes! ¡Qué lo sientes!-empezó a gritar.- ¡Por tu bien que no te vuelva a ver en tu puta vida!- Alcé la cabeza mientras se iba, no por propia voluntad ya que le cogían dos doctores, a la salida.

Volví a resoplar y alcé la cabeza. Me levanté y me acerqué a la consulta, en cuya puerta esperaba el mismo doctor que antes.

Me hizo sentarme en una silla mientras él observaba con detenimiento mi muñeca, dándole vueltas delicadamente con sus dedos fríos.

-Vaya pedazo de gancho de derecha tienes, chaval-me dijo el doctor.

Yo sonreí mirando hacia otro lado.

-Se hace lo que se puede.-contesté.

El doctor rió en una sonora carcajada.

-Hay que colocártelo. Los huesos de tu muñeca se han incrustado entre el radio y el cúbito.

-Mira qué bien, una fiesta.-ironicé.

El doctor me miró con detenimiento.

-Has salido casi más perjudicado que el otro.-yo sonreí mientras para mis adentros me decía “me lo merezco por gilipollas”-Te va a doler bastante, además es imposible ponerte la anestesia porque hay que actuar de inmediato.

Yo asentí mientras el doctor se levantaba y se acercaba a varios cajones, los abría y cerraba con golpes. Cuando encontró lo que buscaba, cogió mi brazo y lo enganchó a una tablilla de madera que sujetó a la mesa. Después, enlazó mi mano, con una cuerda, bastante fuerte. Maldije para mis adentro cuando me di cuenta de lo que iba a hacer.

-Seguro que ha sido por una chica, siempre es por una chica.-dijo el doctor mientras tensaba las cuerdas. Comprendí lo que hacía, intentaba distraerme para lo que iba a hacer a continuación. Pero no lo consiguió. De un golpe, de un tirón, el doctor tiró con todas sus fuerzas de la cuerda que asía mi mano, de manera que ésta se colocó en su sitio. El dolor no fue inmediato, sino pasado un instante mi muñeca empezó a arder de agonía. Intenté no gritar pero fue imposible. Mi voz seguía un poco rota por el grito del día anterior, con lo que no fue tan fuerte como esperaba en un principio. El doctor desató las cuerdas, miró mi brazo durante un tiempo en el que intentaba resistirme al dolor y la movió un poco con lentitud, lo que hizo que la agonía fuera en crescendo. Me mordí la lengua para no volver a gritar mientras el doctor le daba los últimos retoques a mi muñeca.

-Pensaba que sería un poco más técnico, no me esperaba algo tan rudimentario.-dije con la voz ronca.

-Algunas veces, para resolver algo muy complicado, no hacen falta medidas muy elaboradas. Simplemente darte cuenta de dónde está el fallo y arreglarlo.

Yo asentí, sonriendo por mis adentro de la vena filosófica de aquél médico.

Al final, acabó poniéndome una pomada para el dolor, me escayoló la muñeca (el brazo debería decir, ya que la escayola me llegaba hasta el codo) y me mandó unas pastillas para el dolor. Me explicó que algunas “cosas” (vaya vocabulario tenía el médico) se colocarían por sí solas con la escayola, que lo más importante ya lo había hecho él.

Salí de la consulta no muy convencido y me dirigí a la farmacia donde compré lo que necesitaba. Mi móvil sonó en ese instante, sin mirar la pantalla ya sabía de quién se trataba. Dudé un momento en cogerlo, pero no tenía más remedio.

-¿Sí?-pregunté.

-¿Qué te ha pasado?-preguntó un Nicolás histérico.

-Nada, nada...-dije intentando quitarle hierro al asunto. Pagué a la farmacéutica y salí de allí.

-¿Cómo que nada? ¿Ves normal pegarle un puñetazo a alguien sin motivo?

-Sí.-dije sin saber muy bien que responder. Giré a la derecha en dirección a mi casa.-¿Se puede saber dónde estás tú? ¿Por qué te fuiste corriendo de pronto?

-Ese no es el punto.

-Pero es uno de ellos. Es un punto en una serie de puntos suspensivos.

-¿Qué?-preguntó de pronto Nicolás un poco perdido.-¿De qué demonios estás hablando?

-Que por qué te fuiste de repente.-dije. Había desorientado suficiente a Lucas como para retomar la conversación por donde yo quisiese.

-Esteban y yo habíamos quedado con dos chicas...

-¡Me dejas por una chica!-dije con un enfado fingido. Nicolás rio al otro lado.

-¿Qué te esperabas?-me lo imaginé encogiéndose de hombros.-Tío, es perfecta.

Yo reí esperando que continuase.

-Es castaña, tiene unas piernas infinitas, su risa es adorable, y su sonrisa aún más. Es capaz de quitarme el aliento con esos ojazos suyos marrones, y cuando respira y abre un poco los labios para coger aire me entran ganas de besarla y...

-¡Eh, alto, alto! Tranquilo cowboy...-reí mientras giraba en una esquina.- Me duele ya bastante la muñeca, no quiero tener también ganas de vomitar.

-Pero, ¿qué coño te pasó?-preguntó Nicolás retomando la conversación.

-Nada, nada, se me fue la pinza, solo eso...

-Pero, ¿estás bien entonces?

-Sí, sí, el médico dice que salí peor parado que Daniel.-reí.- Me tuvo que colocar la muñeca-hice una mueca al recordarlo.

-¿Te tuvieron que colocar la muñeca? ¡Norma! ¿Pero viste tú el puñetazo que le diste?

-La verdad es que no.

-¿Y Dani cómo está?-dijo evitando mi respuesta.

-Muy cabreado...

-¡Sigues sin decirme qué ocurrió!-pensé por un momento en contarle la verdad, y cuando me había decidido Nicolás me cortó.- Lucas, lo siento, pero ahora no puedo hablar, luego hablamos. Espero que estés bien y pídele perdón a Dani.

-Ya lo he hecho.-le dije al pitido del móvil que me avisaba de que Nicolás había colgado.

Bufé llegado a mi casa vacía. Me costó más de lo que pensaba girar la llave de la puerta con la mano izquierda mientras sostenía la bolsa de la farmacia, pero al final conseguí entrar.

Dejé la susodicha bolsa en la mesa de la entrada, subí las escaleras y entré en mi habitación. Dejé mi sudadera en la silla y me tumbé en la cama.

La noche anterior no había podido dormir nada con el tema de Leire y esta mañana Nicolás me había despertado demasiado pronto porque “me quería hablar de una cosa”. Dejé las gafas en la mesilla y me masajeé el puente de la nariz. Seguro que “esa cosa” era la chica de la que me hablaba antes.

El pensamiento no pudo llevarme a otra cosa que no fuese Leire. Empezaba a pensar en lo absurdo que había sido todo. Tanto el grito de ayer como el puñetazo de hoy. Y todo por Leire. Estaba volviéndome loco. No me podía permitir eso. No podía dejar que mi cabeza estuviese en otra cosa. No podía obsesionarme con su risa, su sonrisa y sus besos. Oh Dios mío sus besos... eran... adictivos. Era como si al probar el sabor de sus labios no existiese nada más delicioso. Sus besos eran oxígeno puro...

Me negué a seguir por ahí. Tenía que olvidarme de ella y concentrarme. Leire me estaba volviendo loco, me hacía hacer cosas sin sentido.

Me incorporé sabiendo que no conseguiría dormir, que solo me quedaría con los ojos cerrados pensando en ella, en su piel...en su aroma...

Me levanté con ímpetu, cogí mis gafas, la guitarra y bajé al salón.

No me puse las gafas, solo las dejé a mi lado en la mesa. Mientras me acurrucaba al lado de Gato e intentaba tocar la guitarra con la escayola. Era imposible. La escayola rozaba las demás cuerdas y las tocaba cuando no debía. Bufé y me pasé toda la tarde haciendo movimientos raros para conseguir tocar la guitarra de una forma normal.

Me pasé la hora de la comida, pero conseguí hacerme un filete antes de que fuese la hora de merendar.

Cuando ya había comido-merendado mi móvil empezó a sonar.

-¿Sí?

-La he líado, chaval.-me saludó Nicolás.

-¿Por qué dices eso?-pregunté sentándome otra vez al lado del soñoliento Gato.

-La he cagado tío, la he cagado.

-Sí, ya te he oído,-dije rascándome la frente.- ¿me quieres decir qué te pasa?

-Ella venía tan preciosa, tan guapa, tan... ella, que me he puesto nervioso y la he cagado.-intentó explicarse Nicolás al otro lado de la línea.

-Ya lo entiendo todo.-ironicé.

-Creo que me he enamorado de ella. Es lo único que sé seguro. Dios, es increíble...pero voy luego yo y la dejo sola. Soy gilipollas.

-¿No la acompañaste a su casa?

-¡No me lo recuerdes! Soy gilipollas, debía de haberlo hecho.

-Pues sí. -no pude decir otra cosa.

-Pero es que Leire no me deja ni pensar con claridad...

Mis ojos se abrieron de sorpresa y tuve que hacer un movimiento rápido con mi brazo derecho para que la guitarra no se cayese de mis rodillas, debido a esto, la escayola chocó contra ésta y sonó, lo que despertó a Gato que empezó a ladrar.

-¿Qué le pasa a Gato?-preguntó Nicolás al oírle ladrar. Yo le ignoré.

-Y ¿Dónde...-carraspeé- ¿Dónde la conociste?

-Ayer Esteban, Daniel y yo quedamos con ella y una amiga suya, Sara.

No había dudas, Daniel conocía a Leire, aunque no era el Daniel que yo pensaba que era.

-Y ¿dices que te has enamorado de ella?-volví a carraspear- La acabas de conocer, ¿no es algo muy precipitado?

-Sólo sé que es ella, o nadie.

De pronto sonó el timbre de la puerta, mi madre ya había llegado. Me quedé un rato más del que debía en el sofá y por fin conseguí dejar a un lado la guitarra, levantarme y ponerme las gafas. Me dirigí a la puerta con el móvil aún en la oreja. Hice varios malabares con el móvil para conseguir abrir la puerta.

Era Leire.

-La he besado, Lucas.-me dijo justo en ese instante Nicolás. Aún no podía creer que Leire estuviese delante de mí. Una fresca brisa entró en mi casa, trayendo el mejor aroma del mundo. Un aroma que me hacía dar un paso involuntario más hacia ella. Ella se mordió el labio, haciendo su boca irresistible. Lentamente, interpreté lo que me acababa de decir Nicolás, pero él me lo repitió una vez más. - La he besado, y quiero volver a hacerlo.

14 comentarios:

  1. Ayyyyyyy Diosss me muero, me muero, pero porq lo dejas continuala pronto pronto q morire de la intriga :DDDD En serio q te pasaste este cap esta tannnnnn intrigante y Lucas se pondra celoso y yo estoy muriendo por saber q va a pasar entre Leire y él :DDDD Sube pronto de lo q es AHORAAA el siguiente cap siiiii :DDDD Te quedo RE PERFECTO este capitulo (igual q todos) pero ahora se pone más calienteeee :D

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    1. Jajajajaja gracias!!
      La verdad es que estoy contenta con el capítulo, además de que me salió más largo de lo que lo suelo hacer.
      Un besito :D

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  2. Uffff, madre que finaaaal!!!! está geniaal y te deja con ganas de más:) Cada capítulo es mejor...

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  3. Me leí la novela entera ayer, me tiene enganchada! haha que sepas que estuve leyendo hasta las 5 de la mañana por que no era capaz de dormir sabiendo que me qudaban capitulos por leer hahaha
    Espero que subas prontito ^^

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    1. o.O gracias!!
      Como te he dicho por twitter, te avisaré!
      Me ha hecho muy feliz tu comentario! No sabía que era tan adictiva!!
      :D

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  4. capitulo ya por favor!!! es perfecta me encanta como escribes!

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    1. Awww ¿y tú de dónde sales? jajaja me emparanoio mucho con los autores anónimos!
      Este finde subo!
      Y a mi me encanta que os encante y que comentéis :D

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  5. brrbbrbrbrb SOFIAAAAAAAAA GUAPA!
    Ya está ya está ya está... lo he leído al fin, he tardado un dia porque he estado mala otra vez y que quieres que te diga????
    ES JODIDAMENTE GENIAL
    Como todos.
    Y ES MAS GENIAL QUE OS DEMAS PORQUE ESTÁ NARRADO DESDE LUCAS Y YO ADORAR A LUCAS HASTA EL IFINITO PORQUE ESTÁ LOCO POR LEIRE Y LEIRE ESTÁ LOCA PRO ÉL Y HACEN UNA PAREJA DASKLAHASJDHASDA Y HAY MISTERIO Y ADNAJSKDHASKDAS Y DANIEL ES UN PUTO ACOPLADO EN LA RELACIÓN, DANSKDADS
    SIGUIIIIIIIENTE <3

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    1. JAJAJAJJAJAA es que te lo dije porque necesitaba tu comentario jajaja siempre me encantan!
      Muchas gracias!!
      Yo creo que a partir de ahora la cosa se pone más interesante, ya verás en el próximo capítulo jajaja
      Gracias de nuevo! Eres amor, siempre te lo digo, eres la única que me ha comentado en todos y cada uno de los capítulos :D
      Besitoss!

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  6. Osea... asdfghjukil sabes? Acabo de leer toda tu novela y es genial! No se cómo explicar tu manera de escribir, es fantástica! Siempre que leo me atrapa y me lleva a otro mundo. No sé cómo lo haces pero es espectacular. Al principio pensaba que Lucas se iba a dirigir a la puerta sin gafas y yo: Aii que Leire le va a ver los ojos!! ajajaja pero jo, no, no lo hizo... Que le paza en lo' ojos xikilla?? xd Vaya lío que va a haber ahora...SUBE PRONTO PORFIIIIIS!!

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    1. ay ay ay ay que guaaaaaaaaay!!muchas graciaaaaaaaas!!
      como te enteraste de esta nove? Te aviso? Ay, ay, ay que chulii (yo toda motivada) *o*
      Muchisimas gracias, subiré hoy seguramente, espero no defraudarte! :D

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    2. Me enteré por twitter, que una chica te recomendaba y dije: Pues voy a ver que tal. Y me encantó. Sii, avísame si puedes porfaa! Y de defraudarme nada mujer! xd

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    3. Joooo que guay *_________* me encanta que la gente de repente se lea la novela de unaa vez, me siento guay ^^ jajaja
      Un besito!

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