jueves, 18 de octubre de 2012

Capítulo 16. Nada.


Abrí los ojos sin saber muy bien si al final había conseguido conciliar el sueño o no. Suspiré y giré la cabeza para contemplar el techo sin conocer la causa de mi estado anímico. Me incorporé y me pasé la mano por la cara, apoyando la otra en la almohada, que se encontraba húmeda. Fruncí el ceño y acaricié la tela que estaba levemente mojada.

Fue entonces cuando todo me vino de golpe.

Los recuerdos de la noche anterior despertaron en mi mente y comprendí que la almohada estaba mojada de lágrimas.

Pero... ahora sólo permanecía en mí la mala sensación de llorar, el escozor de ojos y el nudo en la garganta. Estaba triste por llorar, no por lo que me hacía llorar.

Había terminado lo que fuese que tenía con Lucas, ¿y no era eso lo que me entristecía? No tenía sentido que de la noche a la mañana se me hubiese tranquilizado y solo quedase el eco de mis sollozos.

Apoyé mis pies descalzos en el suelo y miré la hora: la 1 de la tarde. Bostecé llevándome las manos a la cabeza, y luego al pelo y me levanté.

Me conocía la casa de Sara como si se tratase de la mía. Era imposible no sentirme como si fuese aquél fuese mi hogar. Casi involuntariamente me dirigí a la habitación de Sara. No llamé a la puerta y no me preocupé en no hacer ruido al entrar, ya que puerta de la habitación de Sara chirriaba bastante.

-¡Sara!-grité sin querer notando mis oídos taponados.

Entre el grito y el estruendo de la puerta, Sara se incorporó alarmada tapándose con la sábana. La miré durante un momento hasta que ella se dio cuenta de lo que había ocurrido y me empecé a reír con todas mis ganas, doblándome por la mitad.

-¡No tiene gracia, me has asustado!-dijo Sara conteniendo una risa. De golpe, se llevó las manos a la cabeza y cerró fuertemente los ojos.

-¿¡Tienes resaca, no!?-pregunté.

-¿Por qué chillas? ¡Te oigo perfectamente!-dijo sujetándose la cabeza.

-No lo sé muy bien. -susurré para evitar gritar.-Tengo los oídos taponados.

-Acércate-dijo Sara de repente.

Hice lo que me dijo y me apoyé en su cama.

-¿Has llorado?-me preguntó.

-Creo que sí-contesté.

-¿Qué pasa?

Esa pregunta también me la estaba haciendo yo. Era imposible no dudar de mis sentimientos en ese momento. Podía decirle cualquier cosa: lo que yo creía o lo que quería creer.

-Creo que ayer hice una estupidez. -fue lo único que sabía que era verdad.- Pero, de todas formas tenía que hacerlo. -la miré y supe que sabía perfectamente a que me estaba refiriendo. Teníamos esa telepatía especial, casi mágica de transmitirnos las cosas con la mirada.- Creo... -añadí.- Aunque ayer me sentí como la mierda pero hoy me he despertado demasiado bien, demasiado relajada. -dije extrañada.- Tampoco sé si me he llegado a dormir.-Finalicé mirando por la ventana de su habitación.

-Acabarás explotando de nuevo, no puede desaparecer de la noche a la mañana. -dijo mirando al infinito.- No sé si será peor o mejor, pero estate atenta.

Sara me miró durante unos instantes en silencio, sin mover su cabeza, casi podía sentir su consuelo.

Casi sin despegar los labios preguntó:

-¿Qué hora es?

-La 1-contesté.

Ella abrió los ojos del todo, y recordé que hoy habíamos vuelto a quedar con los chicos. Sara cogió aire y sabía lo que iba a suceder...


Después de 45 minutos corriendo de un lado para otro de la casa, de los gritos histéricos de Sara y revolver los armarios, salimos de su casa al primer Starbucks que encontramos. Yo me puse unos pitillos claros vaqueros y una blusa azul. Sara, en cambio optó por algo más atrevido, y como siempre, demasiado alegante: combinó una blusa negra con unos vaqueros morados.

No tuvimos tiempo para desayunar en casa y mucho menos para pensar nombres ingeniosos para que la tal Inmaculada, la camarera, pusiese en el café.

Pocos minutos después estábamos corriendo por la calle, como siempre, yo con un café mocca en la mano y Sara con un Frappuccino de mango y fruta de la pasión.

Cuando llegamos, solo estaba Esteban, apoyado en la pared de un edificio gris. Miré a todos lados esperando ver la sonrisa de Nicolás salir por algún lado, pero ni rastro.

Sara se acercó a Esteban, coqueta, y le cogió de la chaqueta, él le rodeó la cintura y se dieron un beso. Yo miré hacia otro lado, dándoles intimidad y a la vez buscando una papelera donde tirar el vaso del café.

-Daniel no ha podido venir. -dijo Esteban. Yo me sentí mal, ni me acordaba de Daniel.- Y Nicolás está ahí detrás hablando por el móvil. -me sonrió mientras señalaba la vuelta de la esquina por el pulgar.

Yo le sonreí como respuesta y más feliz de lo que pensaba fui a la esquina y giré.
Nicolás estaba de espaldas, con un jersey fino azul, unos vaqueros oscuros, el pelo mojado, una mano en el bolsillo y la otra en la oreja con el móvil.

-¿Pero qué coño te pasó?...¿Pero estás bien entonces?...¿Te tuvieron que colocar la muñeca? ¡Normal! ¿Pero viste tú el puñetazo que le diste?...¿Y Dani cómo está?...¡Sigues sin decirme que ocurrió!

Parecía importante la conversación pero tenía muchas ganas de ver sus ojos claros.
Me acerqué a él y éste se giró al sentir mi presencia, me miró durante un instante, escudriñando mis ojos y sonrió.

-Lucas, lo siento, pero ahora no puedo hablar, luego hablamos. Espero que estés bien, y pídele perdón a Dani.

Espera, ¿Lucas?

¿Lucas mi Lucas?

Empecé a rebobinar lo que había dicho Nicolás, algo de una muñeca y que le había dado un puñetazo a Daniel.

No, no podía ser el Lucas que yo conozco.

Nicolás colgó y se acercó más para darme dos besos. Yo me quedé un poco rígida aún pensando.

-Lo siento, no sé si era importante- dije.

-No pasa nada, es un amigo... esta mañana se le fue un poco la pinza...

-¿Nos vamos al italiano? -interrumpió Esteban de pronto. ¿Cuándo habían llegado?

-¿Te apetece? -me preguntó Nicolás.- Yo he desayunado fuerte y no tengo mucha hambre.

Yo reí al contestar.

-Yo acabo de despertarme, tampoco tengo mucha hambre.-le dije con una sonrisa cómplice.

-Pues ya está decidido, -contestó Nicolás- iros vosotros al italiano -señaló a Sara y a Esteban que estaban de la mano.

Los empalagosos accedieron mientras Sara me guiñaba un ojo con picardía recalcando la situación en la que me encontraría: sola con Nicolás.

Sara y Esteban se fueron y Nicolás y yo nos miramos nerviosos. Él sonrió y me tranquilicé al momento. Me cogió la mano con delicadeza y al hacerlo noté la diferencia de temperatura, yo tenía la mía fría y él se dio cuenta.

-Estás helada.-contestó llevándose mi mano a su boca sin saber muy bien qué iba a hacer.

Yo solo pude sonreír.

Nicolás ahuecó sus manos y calentó las mías con su aliento, mientras, de vez en cuando las frotaba.

-Ya sé qué podemos hacer.-y añadió entusiasta sin soltarme:-Además, así te calentarías las manos.

Me empecé a reír a carcajada limpia, sin ningún pudor. Yo y mi extraordinaria capacidad de buscarle el doble sentido a todo.

-Ha sonado bastante mal, ¿verdad?-dijo Nicolás dándose cuenta.

Yo asentí mientras me seguía riendo sin poder articular palabra.

-Que mal pensada eres -rio- Te calentarás las manos, pero no de esa manera.

Yo seguía riéndome.

-Aunque tampoco estaría mal... -soltó Nicolás mirando el suelo.

Yo paré de reírme y le miré. Él alzó la cabeza y me clavó sus ojos en los míos. Sonrió y ya no pudo contener su risa.

-¡Es broma, es broma!-contestó.

Yo le miré con curiosidad por su extraño sentido del humor.

-Bueno...-contesté- ¿Quién sabe?

Empecé a andar pero me di cuenta de que Nicolás no me seguía, giré la cabeza y me estaba mirando de una forma muy íntima. Volvió a sonreír negando con la cabeza.

-Eres única.

16 comentarios:

  1. Venga ahora Nicolás es un amor también, ¿me quieres matar? Pero claro yo me quedo con Lcucas, con el misterioso Lucas que me enamoró aaaaaah! Lo necesito jajajajaja
    En fin que ya sabes perfectisimo como siempre :)
    Como tu dirias "Un Kiss FM" :)

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  2. Con tantos nombre me lio >_<
    bueno y eso que... san lucas, mi polla con peluca jajaja
    el capitulo deja con ganas de más, mala persona XD

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    1. ¡Pero si no hay ningún nombre más! ¡Todos habían salido antes! Además, hago que salgan más veces para reforzar la memoria y no se os olvide.
      Pues ya no pongo un personaje con tu nombre, mala persona ¬¬
      A lo mejor, Anillo eres un poco cortito jajaja

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    2. anillo? quien es ese?
      quien tiene nombre de complemento?
      yo soy.... tipo de incógnito

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    3. pues señor tipo de incógnito, que sepa que su nombre fue, es y será siempre Anillo.
      jajajaj

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  3. No se si sabes que un personaje con el nombre ''Teresa'' quedaría muy bien eh.. así como dato aleatorio
    Un beso capítulo perfecto!

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    1. Ya tengo nombre para la furcia de la historia!!! JAJAJAJA
      ESA TERE RESHU COMO MOLA SE MERECE UNA OLA WEEEEE

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  4. Amrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, este capitulo es encantador... echo de menos a Lucasssssss, peeeeeero Nicolás no me cae mal del toodo... Me encantan, hacen una parejaa muy kuki pero ocmo la de Lucas y Leire.... NO HAY NADA!
    En fin amorsete, me encantaaaaaaaa mucho :) <3

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    1. Que adorable eres! ya me extrañaba a mí que no comentases xdd
      Un besito :D

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  5. No puedo mas! Me imagino lo que pasara, peleita de mejores amigos y ella llorara, pero no escribes lo que se piensa asi que tengo que seguir leyendo...

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    1. soy muy mala jejeje ^^
      No soy predecible, eh?

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    2. No jajaja, no lo eres en absoluto, no es como peliculas y eso que incluso con la primera escena ya te sabes la peli entera, eres unica me encanta como escribes!!! Necesito mas pronto!! Cuando vas a volver a escribir??

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    3. pues espero que para la semana que viene, y si no, para después de Navidad u.u sorry

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    4. Joee, pero escribe unos cuantos prontito y los vas subiendo:)

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    5. lo sientoooooooo de verdad no tengo nada de tiempo :( me estoy deprimiendooooo, me va a estallar la cabeza del agobioooo
      De verdad cuando pueda escribiré! :( Lo siento, lo sientoooooooooooo

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