Abrí los ojos sin saber muy bien si al
final había conseguido conciliar el sueño o no. Suspiré y giré la
cabeza para contemplar el techo sin conocer la causa de mi estado
anímico. Me incorporé y me pasé la mano por la cara, apoyando la otra en la almohada, que se encontraba húmeda. Fruncí el ceño y
acaricié la tela que estaba levemente mojada.
Fue entonces cuando todo me vino de
golpe.
Los recuerdos de la noche anterior
despertaron en mi mente y comprendí que la almohada estaba mojada de
lágrimas.
Pero... ahora sólo permanecía en mí
la mala sensación de llorar, el escozor de ojos y el nudo en la
garganta. Estaba triste por llorar, no por lo que me hacía llorar.
Había terminado lo que fuese que tenía
con Lucas, ¿y no era eso lo que me entristecía? No tenía sentido
que de la noche a la mañana se me hubiese tranquilizado y solo
quedase el eco de mis sollozos.
Apoyé mis pies descalzos en el suelo y
miré la hora: la 1 de la tarde. Bostecé llevándome las manos a la
cabeza, y luego al pelo y me levanté.
Me conocía la casa de Sara como si se
tratase de la mía. Era imposible no sentirme como si fuese aquél
fuese mi hogar. Casi involuntariamente me dirigí a la habitación de
Sara. No llamé a la puerta y no me preocupé en no hacer ruido al
entrar, ya que puerta de la habitación de Sara chirriaba bastante.
-¡Sara!-grité sin querer notando mis
oídos taponados.
Entre el grito y el estruendo de la
puerta, Sara se incorporó alarmada tapándose con la sábana. La
miré durante un momento hasta que ella se dio cuenta de lo que había
ocurrido y me empecé a reír con todas mis ganas, doblándome por la
mitad.
-¡No tiene gracia, me has
asustado!-dijo Sara conteniendo una risa. De golpe, se llevó las
manos a la cabeza y cerró fuertemente los ojos.
-¿¡Tienes resaca, no!?-pregunté.
-¿Por qué chillas? ¡Te oigo
perfectamente!-dijo sujetándose la cabeza.
-No lo sé muy bien. -susurré para
evitar gritar.-Tengo los oídos taponados.
-Acércate-dijo Sara de repente.
Hice lo que me dijo y me apoyé en su
cama.
-¿Has llorado?-me preguntó.
-Creo que sí-contesté.
-¿Qué pasa?
Esa pregunta también me la estaba
haciendo yo. Era imposible no dudar de mis sentimientos en ese
momento. Podía decirle cualquier cosa: lo que yo creía o lo que
quería creer.
-Creo que ayer hice una estupidez. -fue
lo único que sabía que era verdad.- Pero, de todas formas tenía
que hacerlo. -la miré y supe que sabía perfectamente a que me
estaba refiriendo. Teníamos esa telepatía especial, casi mágica de
transmitirnos las cosas con la mirada.- Creo... -añadí.- Aunque
ayer me sentí como la mierda pero hoy me he despertado demasiado
bien, demasiado relajada. -dije extrañada.- Tampoco sé si me he
llegado a dormir.-Finalicé mirando por la ventana de su habitación.
-Acabarás explotando de nuevo, no
puede desaparecer de la noche a la mañana. -dijo mirando al
infinito.- No sé si será peor o mejor, pero estate atenta.
Sara me miró durante unos instantes en
silencio, sin mover su cabeza, casi podía sentir su consuelo.
Casi sin despegar los labios preguntó:
-¿Qué hora es?
-La 1-contesté.
Ella abrió los ojos del todo, y
recordé que hoy habíamos vuelto a quedar con los chicos. Sara cogió
aire y sabía lo que iba a suceder...
Después de 45 minutos corriendo de un
lado para otro de la casa, de los gritos histéricos de Sara y
revolver los armarios, salimos de su casa al primer Starbucks que
encontramos. Yo me puse unos pitillos claros vaqueros y una blusa azul. Sara, en cambio optó por algo más atrevido, y como siempre, demasiado alegante: combinó una blusa negra con unos vaqueros morados.
No tuvimos tiempo para desayunar en casa y mucho menos
para pensar nombres ingeniosos para que la tal Inmaculada, la
camarera, pusiese en el café.
Pocos minutos después estábamos
corriendo por la calle, como siempre, yo con un café mocca en la
mano y Sara con un Frappuccino de mango y fruta de la pasión.
Cuando llegamos, solo estaba Esteban,
apoyado en la pared de un edificio gris. Miré a todos lados
esperando ver la sonrisa de Nicolás salir por algún lado, pero ni
rastro.
Sara se acercó a Esteban, coqueta, y le
cogió de la chaqueta, él le rodeó la cintura y se dieron un beso.
Yo miré hacia otro lado, dándoles intimidad y a la vez buscando una
papelera donde tirar el vaso del café.
-Daniel no ha podido venir. -dijo
Esteban. Yo me sentí mal, ni me acordaba de Daniel.- Y Nicolás
está ahí detrás hablando por el móvil. -me sonrió mientras
señalaba la vuelta de la esquina por el pulgar.
Yo le sonreí como respuesta y más
feliz de lo que pensaba fui a la esquina y giré.
Nicolás estaba de espaldas, con un
jersey fino azul, unos vaqueros oscuros, el pelo mojado, una mano
en el bolsillo y la otra en la oreja con el móvil.
-¿Pero qué coño te pasó?...¿Pero
estás bien entonces?...¿Te tuvieron que colocar la muñeca?
¡Normal! ¿Pero viste tú el puñetazo que le diste?...¿Y Dani cómo
está?...¡Sigues sin decirme que ocurrió!
Parecía importante la conversación
pero tenía muchas ganas de ver sus ojos claros.
Me acerqué a él y éste se giró al sentir mi presencia, me miró durante un instante, escudriñando mis ojos y
sonrió.
-Lucas, lo siento, pero ahora no puedo
hablar, luego hablamos. Espero que estés bien, y pídele perdón a
Dani.
Espera, ¿Lucas?
¿Lucas mi Lucas?
Empecé a rebobinar lo que había dicho
Nicolás, algo de una muñeca y que le había dado un puñetazo a
Daniel.
No, no podía ser el Lucas que yo
conozco.
Nicolás colgó y se acercó más para
darme dos besos. Yo me quedé un poco rígida aún pensando.
-Lo siento, no sé si era importante-
dije.
-No pasa nada, es un amigo... esta
mañana se le fue un poco la pinza...
-¿Nos vamos al italiano? -interrumpió
Esteban de pronto. ¿Cuándo habían llegado?
-¿Te apetece? -me preguntó Nicolás.-
Yo he desayunado fuerte y no tengo mucha hambre.
Yo reí al contestar.
-Yo acabo de despertarme, tampoco tengo
mucha hambre.-le dije con una sonrisa cómplice.
-Pues ya está decidido, -contestó
Nicolás- iros vosotros al italiano -señaló a Sara y a Esteban que
estaban de la mano.
Los empalagosos accedieron mientras
Sara me guiñaba un ojo con picardía recalcando la situación en la
que me encontraría: sola con Nicolás.
Sara y Esteban se fueron y Nicolás y
yo nos miramos nerviosos. Él sonrió y me tranquilicé al momento.
Me cogió la mano con delicadeza y al hacerlo noté la diferencia de
temperatura, yo tenía la mía fría y él se dio cuenta.
-Estás helada.-contestó llevándose
mi mano a su boca sin saber muy bien qué iba a hacer.
Yo solo pude sonreír.
Nicolás ahuecó sus manos y calentó las mías con su aliento, mientras, de vez en cuando las frotaba.
-Ya sé qué podemos hacer.-y añadió
entusiasta sin soltarme:-Además, así te calentarías las manos.
Me empecé a reír a carcajada limpia,
sin ningún pudor. Yo y mi extraordinaria capacidad de buscarle el
doble sentido a todo.
-Ha sonado bastante mal, ¿verdad?-dijo
Nicolás dándose cuenta.
Yo asentí mientras me seguía riendo
sin poder articular palabra.
-Que mal pensada eres -rio- Te
calentarás las manos, pero no de esa manera.
Yo seguía riéndome.
-Aunque tampoco estaría mal... -soltó
Nicolás mirando el suelo.
Yo paré de reírme y le miré. Él
alzó la cabeza y me clavó sus ojos en los míos. Sonrió y ya no
pudo contener su risa.
-¡Es broma, es broma!-contestó.
Yo le miré con curiosidad por su
extraño sentido del humor.
-Bueno...-contesté- ¿Quién sabe?
Empecé a andar pero me di cuenta de
que Nicolás no me seguía, giré la cabeza y me estaba mirando de
una forma muy íntima. Volvió a sonreír negando con la cabeza.
-Eres única.
Venga ahora Nicolás es un amor también, ¿me quieres matar? Pero claro yo me quedo con Lcucas, con el misterioso Lucas que me enamoró aaaaaah! Lo necesito jajajajaja
ResponderEliminarEn fin que ya sabes perfectisimo como siempre :)
Como tu dirias "Un Kiss FM" :)
Jajajaja que tonta eres!
EliminarGraciaaas!
Con tantos nombre me lio >_<
ResponderEliminarbueno y eso que... san lucas, mi polla con peluca jajaja
el capitulo deja con ganas de más, mala persona XD
¡Pero si no hay ningún nombre más! ¡Todos habían salido antes! Además, hago que salgan más veces para reforzar la memoria y no se os olvide.
EliminarPues ya no pongo un personaje con tu nombre, mala persona ¬¬
A lo mejor, Anillo eres un poco cortito jajaja
anillo? quien es ese?
Eliminarquien tiene nombre de complemento?
yo soy.... tipo de incógnito
pues señor tipo de incógnito, que sepa que su nombre fue, es y será siempre Anillo.
Eliminarjajajaj
No se si sabes que un personaje con el nombre ''Teresa'' quedaría muy bien eh.. así como dato aleatorio
ResponderEliminarUn beso capítulo perfecto!
Ya tengo nombre para la furcia de la historia!!! JAJAJAJA
EliminarESA TERE RESHU COMO MOLA SE MERECE UNA OLA WEEEEE
Amrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, este capitulo es encantador... echo de menos a Lucasssssss, peeeeeero Nicolás no me cae mal del toodo... Me encantan, hacen una parejaa muy kuki pero ocmo la de Lucas y Leire.... NO HAY NADA!
ResponderEliminarEn fin amorsete, me encantaaaaaaaa mucho :) <3
Que adorable eres! ya me extrañaba a mí que no comentases xdd
EliminarUn besito :D
No puedo mas! Me imagino lo que pasara, peleita de mejores amigos y ella llorara, pero no escribes lo que se piensa asi que tengo que seguir leyendo...
ResponderEliminarsoy muy mala jejeje ^^
EliminarNo soy predecible, eh?
No jajaja, no lo eres en absoluto, no es como peliculas y eso que incluso con la primera escena ya te sabes la peli entera, eres unica me encanta como escribes!!! Necesito mas pronto!! Cuando vas a volver a escribir??
Eliminarpues espero que para la semana que viene, y si no, para después de Navidad u.u sorry
EliminarJoee, pero escribe unos cuantos prontito y los vas subiendo:)
Eliminarlo sientoooooooo de verdad no tengo nada de tiempo :( me estoy deprimiendooooo, me va a estallar la cabeza del agobioooo
EliminarDe verdad cuando pueda escribiré! :( Lo siento, lo sientoooooooooooo